Teorías de la Comunicación

Teorías de la comunicación 


Las teorías de la comunicación, son producto de la investigación de expertos en el área, y dejan postulados que orientan la forma de ejecutar el proceso comunicacional, de esta forma van adaptándose y desarrollándose nuevas posturas que signan el proceso comunicacional de cada región. En nuestro país hay teorías emergentes que proyectan una tendencia más cercana a la colectividad y cada vez menos elitista. 

Las teorías comunicacionales no están aisladas unas de las otras, pueden distar en algunos aspectos, pero cada una de ellas ha dejado un legado para la formación de una tendencia venezolana, que permite el acercamiento de los medios a la opinión pública. 


Teorías norteamericanas de la comunicación 

Las Teorías de la Comunicación estudian la capacidad que poseen los seres vivos de relacionarse con otros seres vivos intercambiando información. El manejo de la información es una capacidad que aparece muy tempranamente en las especies cuyo comportamiento recurre a la interacción; pero no es el comportamiento interactivo más antiguo en la historia de la Evolución. Existen numerosos seres vivos capaces de relacionarse con otros, que solamente intercambian materias o energías, pero que todavía no han llegado al estadio evolutivo que les capacita, además, para manejar el intercambio de información. 

De acuerdo con esta necesidad de intercambio, el proceso comunicacional ha ido evolucionando en función de los requerimientos del hombre y su entorno. La teoría y la investigación de la comunicación atrajeron el interés de psicólogos, sociólogos, antropólogos, políticos, científicos, economistas, matemáticos, historiadores, y lingüistas; y hombres de todas estas actividades y otras, han contribuido a una mejor comprensión de esta ciencia. 

La Escuela Norteamericana, conformada por los llamados padres de la comunicación, porque fue la primera escuela que abordó el fenómeno como una disciplina científica y que se inició en 1929 con los estudios pioneros del psicólogo y experto en ciencias políticas, Harold Laswell, manifestó un crecimiento sostenido desde esa fecha hasta los años sesenta. 

Sin embargo, ese crecimiento significó un desarrollo progresivo del conocimiento empírico, comercial y administrativo sobre la comunicación y sus efectos, pero nunca una ruptura del paradigma clásico que instauró Laswell sobre: Emisor-Mensaje-medio o canal-receptor y efectos. 

Los estudios realizados por los seguidores de esta escuela como: los de los efectos directos de los medios sobre el receptor, realizados por el mismo Laswell, en 1927 y 1930; los de los efectos limitados por la intervención de factores psicológicos individuales, realizados en los años de 1940, por Hovland, Lewin, Lazarfeld y Berelson; los de la intervención de factores grupales y sociales, realizados en 1994 por Lazarfeld y Berelson, Lazarfeld y Katz, R. Merton; los relativos a los usos y gratificaciones de los medios, realizados en los años 60, por Klapper y Katz , De Fleur; las investigaciones sobre la teoría de la fijación de la agenda pública por parte de los medios de comunicación, realizadas desde 1947 por Cohen, Comb y Shaw y por Iyengen y los relativos a la teoría de la “espiral del silencio”, efectuados por la norteamericana Elizabeth Neüman, contribuyeron con la maduración de la corriente teórica de la “Mass Communication Research”, nombre con el que se conoce a esta escuela, pero no produjeron una transgresión de las fronteras de la matriz epistemológica neopositivista que fue la que la sustentó a lo largo de más de cuatro décadas.


El único cambio de perspectiva introducido en esta corriente tuvo lugar en los años sesenta con los estudios sobre los usos y las gratificaciones de los medios, al haber modificado la pregunta de qué es lo que hacen los usuarios con los medios? Y no lo que los medios hacen con los usuarios, revirtiendo así la propuesta conductista de Laswell sobre el papel poderoso y unilateral de los medios para influir sobre las personas, no obstante este nueva interrogante no cuestionó el esquema o paradigma de Laswell y continuó apegado a una visión funcionalista, instrumental y pragmática del proceso de la comunicación.

Los seguidores de los planteamientos de los pioneros como W. Schramm, D. Berlo, en los años cincuenta, que ayudaron a completar los modelos o paradigmas de la comunicación humana o colectiva y a destacar la intervención de elementos psicológicos y persuasivos en el proceso, tampoco revirtieron la matriz teórica de esta escuela. 

Las propuestas de autores posteriores como Mc Luhan, D. Bell , E.Schils y Mac Donald, entre otros, continuaron limitando sus análisis sobre los medios masivos y no replantearon el problema de la comunicación por fuera de ellos, sino que por el contrario como es el caso de Mc Luhan coincidieron con Laswell sobre el papel poderoso de los medios en la sociedad. 

Así pues, entre los aspectos más importantes que se consideraron, está la medición de audiencias, para estudiar el medio. Es decir, los programas que selecciona el público permiten hacer inferencias acerca de este público así como de los programas que selecciona. 

El siguiente paso consistía en descubrir por qué elegían los oyentes lo que elegían. Y luego, descubrir cómo usaban lo que obtenían de los medios de masas y que efecto tenían los medios sobre sus hábitos de votación, gustos y orientación general hacia la vida y la sociedad. 

De esta forma surgen las teorías norteamericanas, que aportaron importantes guías para la comprensión de la comunicación de masas, donde se manipulaba la información con la finalidad de persuadir a la colectividad y presentar una verdad necesaria para grupos económicos, políticos y sociales. 


Teorías Europeas de la Comunicación 

Entre tanto, en el continente europeo, surge una nueva forma de ver la comunicación, otorgándole mayor valor al proceso y al efecto que este causa, donde el análisis crítico cobra importancia y la culturización de la comunicación es fundamental. 

Su punto de partida es un análisis global del desarrollo capitalista, una suerte de maquinación autorregulada a la que rigen relaciones económicas y tecnológicas inflexibles monopolio económico que producen niveles radicales de alienación en los individuos y en los grupos sociales que pasan hacer integrados más allá de toda iniciativa autónoma, en un mundo automático, racionalizado y totalmente dominado por reglas y poderes que escapan a la voluntad de sus mismos creadores. 

Se vieron las reacciones sucesivas de cada nueva teoría contra la inmediata precedente: la autoritaria, la liberal, la de responsabilidad social, la de servicio público y el funcionalismo. En general daban preferencia a los intereses individuales de los dueños de los medios y de los comunicadores ‘profesionales’. Poco a poco ellos mismos procuraban autorregularse con Códigos de Ética nacionales e internacionales al estilo tradicional, en que se proclamaba la fidelidad a la verdad, a la objetividad, a no aceptar sobornos. Pero los excluidos seguían siendo olvidados y en realidad los medios no tenían en cuenta a las minorías. Por eso surgieron nuevas teorías normativas: primero la crítico-democrática y más recientemente la comunitaria. 

 

La Escuela de Fráncfort, por el origen de la mayoría de sus pensadores más importantes, entre los que destacan T. Adorno, Horheimar, H. Marcuse, W. Benjamín, se constituyó en la primera corriente teórica que se enfrentó a los planteamientos funcionalistas de los norteamericanos sobre la industria cultural, la sociedad de masa y los medios masivos. A partir de un enfoque desde el psicoanálisis, el marxismo y la sociología crítica estos teóricos inician una crítica radical a la cultura de masas, donde comienzan a ver una instancia para la reproducción de la sociedades capitalistas avanzadas y para el ejercicio del poder y la manipulación ideológica, rompiendo con los estudios de la “Mass Communication Research” y fundando una teoría opuesta, la Teoría social crítica, desde la cual interpretaron los problemas de la mercantilización de la cultura y el arte en su fase de reproducción técnica, industrial y comercial. 

Las revisiones actualizadas de los planteamientos de esta escuela, permiten observar las siguientes tendencias: predominio de una visión aristocrática de la cultura, al pensar sus manifestaciones como algo ajeno a las experiencias devenidas de la articulación de la cultura de masas con la cultura popular, que hoy ayudan a enriquecer el pensamiento sobre la “hibridación cultural” como un proceso de negociación que tiene lugar en el encuentro de los sectores populares con la cultura de los medios masivos contemporáneos; presencia marcada de una visión pesimista sobre las sociedades de masas y sus posibles salidas para un cambio cultural y político. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer que Benjamín introdujo una renovación al hablar de las posibilidades que la técnica abría para que el arte pudiese reproducirse y llegar a las masas, motivo por el cual en la década de los ochenta sus planteamientos son retomados para abordar la relación del arte/cultura popular. 

Las teorías latinoamericanas 

Los estudios críticos latinoamericanos sobre la comunicación iniciaron una corriente teórica en comunicación propia en la región, manteniendo también enfoques críticos frente a la escuela norteamericana y bastante cercanos a los planteamientos de los teóricos europeos. 

La renovación de la visión latinoamericana se centró en el desplazamiento de la mirada de los procesos de la comunicación desde los medios masivos hacia la comunicación humana y en su insistencia en abordar problemas de la comunicación ocurridos por fuera de los medios clásicos, como la comunicación alternativa, o temas de fundamentación filosófica o teórica, de democratización de las comunicaciones, o sobre los procesos de apropiaciones críticas de los receptores o las mediaciones simbólicas. 

La Comunicación Alternativa como objeto de estudio en América Latina se inicia en 1970, con las investigaciones de Armand Mattelart sobre las experiencias de comunicación popular , que tienen lugar en Chile durante el gobierno de Salvador Allende y que buscaban romper con el esquema rígido de comunicación vertical que otorgaba funciones prefijadas al emisor y al receptor. 

La propuesta de Mattelart sobre un nuevo modelo de comunicación buscaba fomentar una comunicación más democrática y participativa, donde el receptor tuviese igualdad de condiciones y oportunidades para producir y emitir mensajes, cuestión que este autor definió con la expresión de “devolver la palabra al pueblo”. A partir de allí, se esquematizó un modelo alternativo de comunicación o modelo generativo que al enfrentarse a los paradigmas de los clásicos norteamericanos inauguró un cambio de perspectiva porque rescataba la dimensión humana de la comunicación antes que la técnica o instrumental y planteaba interrogantes entorno a las relaciones dialógicas del proceso dejando de prestar interés en los medios. 

El modelo alternativo tuvo como base una concepción de la comunicación aportada por los autores latinoamericanos Paulo Freire (1973) y Antonio Pasquali (1972 y 1979), Por un lado, el brasileño P. Freire con sus análisis sobre educación y dependencia abrió el camino para entender que la comunicación dialógica es la base de la liberación del educando y por ende de la liberación cultural e ideológica; por el otro, el venezolano, A. Pasquali con sus planteamientos filosóficos sobre la comunicación ayudó a delimitar este fenómeno como “compartir” o “poner en común”, con lo cual lo deslindó completamente de los procesos unilaterales a través de los medios masivos, denominado a éstos como de información o de difusión y reservando la comunicación a las experiencias humanas de compartir y consaber. Este autor fundó en la región una perspectiva teórica radicalmente opuesta a la idea de que a través de los medios pueda ser posible establecer auténtica comunicación, asunto que ninguna escuela anterior había puesto en duda, y ayudó a consolidar una concepción de la comunicación diferente sobre la cual se sustentó la comunicación alternativa, según la cual lo importante es la interacción social y el intercambio simbólico entre los polos emisor/receptor en igualdad de condiciones. 



En nuestro país 

Las anteriores teorías, han impactado positivamente en el desarrollo comunicacional en nuestro país, generando grandes aportes al desarrollo de teorías inspiradas y adecuadas a la realidad de la nación. 

Estos exponentes, han adecuado a nuestra realidad, la metodología para desarrollar la comunicación, sin dejar de lado sus orígenes y la influencia de las escuela de Frankfurt y la marxista entre otras. 

Realidad comunicacional venezolana 

En nuestro país, donde se evidencia una importante polarización de la comunicación, influenciada por aspectos más políticos que sociales y económicos; a pesar de existir leyes que regulan el hecho informativo y comunicacional, cobra mayor importancia el hecho político. 

Con el surgimiento en la última década de los conocidos como medios alternativos y comunitarios, ha permitido un acercamiento de los medios hacia la sociedad, y brinda una mayor participación del ciudadano común, dando la oportunidad de expresar su realidad de manera cercana y oportuna; esto versus una comunicación polarizada de los medios nacionales. 

Las teorías de la comunicación son líneas de pensamiento que permiten un desarrollo de la actividad comunicacional enmarcada en patrones generales con lo que se logra entender ciertos procesos llevados a cabo a nivel mundial y en determinados momentos. En el devenir del tiempo ha cobrado fuerza la comunicación de masas y los medios alternativos que le proporcionan mayor calor a la comunicación, así como inmediatez aunque no necesariamente veracidad. 







Referencias 

Martínez (2006), Teorías de Comunicación, UCAB, Núcleo Guayana. 
Martin, Piñuel, García y Arias (1982), Teoría de la Comunicación, Madrid, 2ª edición. 
Valverde (2006), Los Retos de las Teorías de la Comunicación en el Siglo XXI, Revista Digital Universitaria.

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