ATRIBUTOS DE LA CULTURA



Al hablar de cultura en las organizaciones, es preciso contextualizar etimológicamente esta palabra, tal como lo expresa Velkley (2002), quien establece que: “El término "cultura", que originalmente significaba la cultivación del alma o la mente” (p. S/N). En tanto, la cultura organizacional, según Méndez (2005), se define como el “Constructo colectivo que comparten las personas sobre las características y/o atributos de la organización para la cual trabajan” (p. 108) bajo esta mirada, la cultura, en el plano organizacional, viene representada por el aspecto filosófico de la organización, donde convergen la misión, visión, valores, objetivos, normas, políticas, etc. 

Una vez comprendida este contexto; de la lectura realizada al artículo, con autoría de López (2007), titulado ¿Café solo para todos?. Donde el autor se pasea por las diversas facetas de la comunicación dentro de las organizaciones modernas, y deja entrever la marcada tendencia de estilos de liderazgo autoritarios, que juegan en contra de la organización misma, exponiendo a los empleados a atropellos por no estar de acuerdo con actuaciones o formas de desarrollo del trabajo. 

La comunicación, en todos sus estadios, es parte esencial del desarrollo armónico de la organización, de ella depende la comprensión de la misión de la misma y la forma de alcanzar su visión por medio de los valores organizacionales. También ejerce gran fuerza en la formación de la cultura, el estilo de liderazgo, pues de estos líderes dependerá el cómo se realicen las tareas y se alcancen los objetivos. 

En todo caso, la cultura organizacional va a depender directamente de la naturaleza de la organización, puede verse como el ADN de ésta, que le permite diferenciarse de otras empresas u organizaciones similares, y convertirse en un factor clave de su competitividad en el mercado. 

Tal como lo expresa López (2007), “Las empresas necesitan generar una cultura basada en el compromiso con la organización, en la colaboración entre compañeros de trabajo, en el apoyo mutuo, en el entusiasmo descendente, y en el reconocimiento ascendente a los directivos” (p. S/N). 

De allí se tiene que la cultura organizacional, viene del reforzamiento de los valores organizacionales, en procura de un ambiente armónico, que contribuya en mantener elevados niveles de motivación y compromiso con el trabajo y a la organización en su conjunto; conocido también como sentido de pertenencia, que afecta positivamente el desenvolvimiento de la labor del personal, necesariamente basado en una comunicación abierta y en la confianza hacia el personal, sus capacidades y habilidades. 

Todas las organizaciones comienzan por ser pequeños grupos, y de su constante renovación y evolución continua se va transformando con la presencia de subgrupos que surgen dentro de la organización. Estos grupos pueden surgir sobre la base de la proximidad física, de un destino compartido, de profesiones comunes o afines, experiencias laborales similares, etnias o rangos similares. Sin embargo, un grupo puede entenderse también como la unión de dos o más personas entre las cuales ha habido interacción durante cierto tiempo, se ha creado un sentimiento de unidad y existen normas y metas comunes. 

Es importante acotar, tal como se aprecia en el texto analizado, no todas las personas piensan igual, y dentro de una misma organización se podrán encontrar diversos climas que pueden ser efectivos o no, pero, precisamente, en esas diferencias está el arte de saber comunicar, para garantizar la comprensión de todas y cada una de las instrucciones y acciones a seguir para lograr la proyección de la organización en diversos niveles.

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